domingo, 26 de enero de 2014

Rodri El Mago



Hoy nos tocó ponernos el "mono de trabajo" y  preparar nuestros propio cuento. Durante mi infancia recuerdo a mi madre leyéndome cuentos de Gloria Fuertes, creo que eran unos cuentos muy buenos porque a parte de bonitos siempre tenían una moraleja, siempre te dejaban con la sensación de que habías aprendido algo. El cuento que yo escribí no esta basado en ninguna vivencia directamente, pero indirectamente sí, ya que pienso que "el programa mágico" que reciben los niños es algo muy necesario hoy en día para niños que tengan dificultades en su vida. Este cuento creo que es apto para todas las edades ya que intento que predominen unos valores que para mi son esenciales en la vida TOLERANCIA, RESPETO A LOS DEMÁS, ESFUERZO y sobre todo uno LUCHAR, LUCHAR POR TUS SUEÑOS.

Rodri el mago: alimentando una ilusión se crea ilusión


Había una vez un niño llamado Rodri. Se pasaba las tardes enteras en su habitación estudiando o leyendo. No tenía muchos amigos pero si una afición,  todos los días a las 20:30 salía de su habitación para ver un programa de TV. No era un programa normal, era un programa ¡de magia!. ¡Cómo le gustaba ese programa y cómo disfrutaba!
Rodri tenía un sueño claro, convertirse en mago y hacer con su magia disfrutar a mucha gente, soñaba con sus espectáculos repletos de personas, niños, adultos, ancianos...
La verdad es que se sentía un niño feliz cuando estaba en su habitación alimentando sus sueños, pero cuando salía de su mundo tenía un problema...¡El colegio!. Sus compañeros no comprendían por qué Rodri tenía aquella obsesión por la magia. Muchos le decían "no llegarás a nada" "nosotros sí que tenemos sueños importantes" yo seré empresario -decía uno, y yo abogado o mejor juez, y seré rico... Todos consideraban que sus deseos les llevarían a un futuro próspero y que Rodri no llegaría a nada.
¡Pero son trabajos sin diversión! gritaba Rodri . La verdad es que no tenía muchos amigos y todos se metían con él.
Por su cumpleaños sus padres le regalaron un kit de magia con un montón de trucos y él aumentó increíblemente su dificultad. ¡Era su sueño! se pasaba el día jugando con cartas, haciendo aparecer pañuelos, desaparecer pelotitas...se estaba convirtiendo en solitario en un gran mago aunque seguía sin ser aceptado por sus compañeros que bromeaban sobre sus rarezas y consideraban que así no llegaría a nada.
Pasó el tiempo y uno de esos niños compañeros de Rodri llegó a ser juez, un juez importante y triste, un juez importante y aburrido. Ese juez tuvo un hijo que enfermó por una extraña enfermedad...estaba triste, no encontraba sentido a seguir viviendo, no quería comer...y tuvo que ingresar en un hospital.
Un hospital de niños tristes como él que no encontraban sentido a sus vidas porque no veían nunca a sus padres, porque tenían todo y no les había costado nada conseguirlo, porque estaban aburridos de tener de más.
Pero en ese hospital existía una terapia muy especial, una terapia "mágica" que había inventado un mago muy especial llamado Rodri. Una terapia que consistía en llevar la magia y la ilusión a las vidas de unos niños que pensaban que ya nada merecía la pena, una terapia que les cambiaba sus vidas y les conseguía traer la ilusión, la felicidad, las ganas de aprender...que les demostraba que la magia existe y merece la pena descubrirla en el día a día de la vida. Gracias a esa terapia el hijo del juez se curó y cuando fue a dar las gracias al artífice de la curación descubrió a Rodri, su compañero de colegio, el "rarito", el "pringadillo" que no llegaría a nada, ese mismo compañero de clase que había hecho su sueño realidad, había alimentado desde la niñez una ilusión y había logrado transmitirla a esos niños que ya no tenían ilusión por nada.

El señor juez se dio cuenta que  Rodri había conseguido su sueño y que con su sueño había logrado llevar la ilusión de vivir a muchos niños que la habían perdido. El señor juez se dio cuenta que en la vida hay cosas importantes "seguir viviendo" y cosas que no lo son tanto y que se pueden sustituir, que el dinero y la fama no lo es todo ni lo cura todo. Que la ilusión, la constancia, la perseverancia son valores que Rodri tuvo desde que era un niño y todos se reían de él y que gracias a esos valores su hijo se había recuperado, había encontrado sentido a su vida y ahora podía estar junto a él. Y el señor juez decidió que Rodri le enseñara un poquito de su magia, que le dejara colaborar con él en el hospital. Y el señor juez se dio cuenta que alimentando una ilusión desde que eres un niño se puede crear más ilusión, que sintiéndote feliz por lo que eres no por lo que tienes puedes hacer feliz a los demás. Y el señor juez se dio cuenta que Rodri había encontrado su camino desde que estaba en el colegio, lo había seguido y había conseguido su ilusión convirtiendo en algo mágico a todo lo que le rodeaba.

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